jueves, 1 de junio de 2023

Introducción

Hablar de educación inclusiva es hablar de la esencia de la educación como se ha entendido desde el origen de la Edad Moderna. A partir de entonces, el acceso a la educación se ha defendido como un instrumento valioso para corregir las desigualdades, aunque el proceso histórico sea largo, desde la exclusión hasta la inclusión pasando por la integración.  

Hoy ha quedado atrás el optimismo pedagógico de las “Luces” y gracias a los nuevos paradigmas educativos podemos ser críticos y ver sus sombras. Sin embargo, pensar la educación inclusiva es apelar al espíritu moderno que se rebeló contra un modelo educativo el de la Edad Media que se basaba en el privilegio y dejaba fuera a muchas personas.

Es decir, si bien nacemos con desigualdades heredadas, contamos con la educación como instrumento que permite corregirlas respetando la diversidad, que es siempre sinónimo de enriquecimiento. Precisamente, la educación inclusiva tiene como horizonte la igualdad de oportunidades partiendo de la igualdad de acceso y posibilidades educativas.